Como empresario, uno de los mayores desafíos a los que te enfrentas es la gestión de tus recursos financieros, y la contratación de personal es una de las decisiones más críticas en este aspecto. No se trata solo del salario que ves en el contrato, sino de una serie de gastos adicionales que, a menudo, pueden pasar desapercibidos. Estas cifras ocultas pueden alterar significativamente tu balance financiero y tus expectativas de rentabilidad.
Probablemente te hayas preguntado más de una vez: “Más allá del salario, ¿cuánto me está costando realmente cada empleado?” La incertidumbre en este aspecto puede generar inseguridad a la hora de expandir tu equipo, ofrecer aumentos salariales o simplemente al calcular los márgenes de beneficio. Y no estás solo. Muchos empresarios comparten estas dudas y temores.
En este artículo, abordaremos cada uno de esos costes ocultos, proporcionando una visión clara y detallada del verdadero precio de tener un empleado en plantilla. Porque estar informado no solo es una herramienta de gestión, sino también una fuente de tranquilidad.
¿Cómo se calcula el coste de un trabajador para la empresa?
El coste laboral del trabajador se puede expresar mediante la fórmula:
COSTE LABORAL DEL TRABAJADOR = SALARIO BRUTO + COTIZACIÓN SEGURIDAD SOCIAL.
Piensa que, además del salario pactado, el mayor gasto asociado a un empleado son los diferentes costes de la Seguridad Social. Pero con contar que estos suelen variar entre el 30% y el 35% de su salario bruto mensual, ya podrás hacer cálculos con mayor tranquilidad.
Las bases de cotización a la Seguridad Social mantienen la aplicación de la Orden TMS/83/2019, que prorroga los presupuestos generales del Estado para el año presente. A partir de ahí, las cotizaciones mensuales dependerán del grupo en el que se encuentre el trabajador, que van desde el Grupo 1 para Ingenieros y Licenciados hasta el Grupo 11 para trabajadores menores de 18 años. Cada grupo tiene una base mínima y máxima establecida.
Los 5 factores que afectan al coste del trabajador para la empresa
Veamos uno por uno los diferentes aspectos que incrementan el coste del empleado para la empresa, más allá del salario percibido.
1. Contingencias comunes
Estas son las cotizaciones que tanto empresas como trabajadores realizan para cubrir situaciones como la enfermedad común o el accidente no laboral. Es uno de los porcentajes más elevados en las cotizaciones a la Seguridad Social, de 23,60% del salario bruto. Por lo general, la empresa paga una cuota mayor en este concepto que el trabajador.
2. Desempleo
Esta cotización se realiza con el objetivo de cubrir al trabajador en caso de desempleo. Dependiendo del tipo de contrato, la empresa deberá cotizar un porcentaje específico: puede ser de 5,50% en contratos indefinidos y 6,70% en contratos temporales.
3. Formación profesional
Estas cotizaciones tienen como finalidad financiar las iniciativas y programas que se llevan a cabo en materia de formación y aprendizaje profesional. Es una cuota menor, pero que tanto empresas como trabajadores deben aportar, y consiste en el 0,60%.
Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales (AT y EP)
Varían dependiendo del sector y la actividad profesional, ya que algunos trabajos tienen más riesgo que otros. Esta cotización se destina a cubrir las prestaciones que se derivan de un accidente laboral o una enfermedad profesional. En este caso el porcentaje depende de las tablas de cotización por actividad.
Fondo de Garantía Salarial (FOGASA):
Es una cotización que realizan las empresas para garantizar el pago de salarios, indemnizaciones y otras cantidades a los trabajadores cuando la empresa se encuentra en situación de insolvencia o ha sido objeto de un concurso de acreedores. Se trata de las horas extraordinarias, que deben estar reflejadas, o bien como horas extraordinarias de fuerza mayor (al 12%), o bien el resto de horas extraordinarias (al 23,60% como las contingencias comunes).
¿Qué cotizaciones paga el trabajador de la empresa?
En España, tanto el trabajador como el empleador contribuyen a la Seguridad Social, aunque los porcentajes y bases de cotización pueden variar.
Las cotizaciones reducen el salario bruto del trabajador, resultando en el salario neto, que es la cantidad que el empleado realmente percibe en su nómina. Además, además de las cotizaciones a la Seguridad Social, el trabajador también debe considerar el descuento por el IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas), cuyo porcentaje varía según el nivel de ingresos y las circunstancias personales del trabajador, como su estado civil, personas a su cargo, etc.
Cambios en la nómina de los trabajadores desde 2023
Desde el comienzo de 2023, la tasa de cotización para incidentes comunes para empleados contratados experimentaó un incremento del 0,6%. Esto significa que el total ahora es del 28,90%. De ese porcentaje, la empresa se hace cargo del 24,10% y el trabajador aporta el 4,80% restante.
En términos prácticos, esto implica que los salarios desde enero de 2023 se redujeron en un 0,6%. En la nómina, se muestra una nueva deducción relacionada con el MEI.